

Al cabo de dos días la policía les pilló y se los llevó al calabozo. Los monstruos empezaron a hablar y supieron que eran buenos porque el detective se lo dijo y finalmente los soltaron, vivieron felices, comieron monedas y bebieron billetes
Escritores e ilustradores:
Josué y Jenni.
Muy bien. Me ha encantado, chicos. Qué gran trabajo estáis haciendo. Seguid así.
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