martes, 8 de diciembre de 2020

EL BANDIDO CUCARACHA

El Bandido Cucachara no es solo un famoso bandolero aragonés, también es el pseudónimo que utiliza un vecino de nuestro barrio para publicar en Facebook unos posts que invitan tanto a la reflexión sobre la vida y las costumbres de antaño como a analizar la sociedad actual. Desde un enfoque basado en su experiencia personal nos consigue trasladar a la realidad que está describiendo de tal manera que parece que nos sumerjamos en sus detalladas exposiciones.

El equipo directivo nos pusimos en contacto con él para solicitarle su colaboración en el Facebook del colegio (Hnos Argensola "Compañeros de viaje")  a lo que gratamente accedió, dándonos su permiso para compartir sus publicaciones. 

Comenzamos hoy pues a compartir las publicaciones que nuestro vecino escribe sobre el colegio Hermanos Argensola y la enseñanza en general.


Aquellas paredes verde oscuro, ya lo sabían todo, sabían todos los verbos con sus conjugaciones, sabían de pronombres y quebrados. Conocían también a cada niño o niña, a cada alumno, sabían del sabor de la leche de Cluzasa( para unos sosa..para otros amarga). Conocían cada castigo, reconocían la voz de don Esteban, llamando maula a toda la clase entera. Del ametrallador tartamudeo, cuando salía un niño a la pizarra. Habían oído tantos rezos, que conocían el rosario de memoria, con todos sus misterios y sus Avemarías.
Estrofa por estrofa, multitud de canciones, recitando la tabla de multiplicar, o los ríos de España, o canciones marciales de sueños imperiales.
Y un día de repente, llegó una excavadora, y llevó por delante, cuadros de las paredes, de jefes militares, las tristes cruces de tantos vía Crucis, el arrugado mapa, el crucifijo que mantenía clavado a Jesucristo, el viejo armario guardián y armero de algunos instrumentos de castigo, y hasta se hizo pedazos, la cabeza del chino, que esperaba monedas, encima de la mesa del maestro. Cayeron las paredes, se hizo la luz, y nuevos aires, irían limpiando los pasados. Con esos escombros se marcharon, la infancia de posguerra, la del subdesarrollo, la de la disciplina inglesa, y una nueva escuela, iba a cambiar la forma de enseñar en Montañana.


Compartimos en Facebook su publicación.

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